Según el cirujano su uso representa más del 85% de aplicaciones de rellenos. Este relleno tiene la ventaja de que existen borradores para destruirlo, por lo que si a la paciente no le gusta el efecto, lo puede deshacer con ayuda de unas enzimas.
Nuestra dermis tiene de manera natural ácido hialurónico, que se va perdiendo. Para recuperar el volumen perdido del rostro, la hidratación y ‘rellenar’ las arrugas se aplica este ácido mediante micro cánulas en la dermis. En muy pocos casos, puede provocar la aparición de un pequeño moretón en el lugar donde se inyecta, pero no es muy común que esto suceda. El efecto del relleno dura de 6 a 18 meses, dependiendo de la capacidad de degradación de cada persona, así como de la densidad del producto.
Los procedimientos no invasivos se pueden clasificar dentro de su temporalidad: rellenos de muy poca duración, de media duración y permanentes”. El doctor afirma que es mejor elegir los que no son permanentes y que se reabsorben, pues un producto permanente puede causar problemas sin solución.
El ácido hialurónico se ha usado durante mucho tiempo y existen estudios clínicos que demuestran su seguridad; sin embargo, es muy importante que la aplicación sea la correcta: “como cirujano es fundamental la anatomía, alguien te lo puede poner y no tener ni idea porque lo pone.
El ácido hialurónico se recomienda especialmente para las arrugas del rostro, pero,¿dónde es recomendable aplicar este componente para que verdaderamente funcione?